lunes, 1 de diciembre de 2008

Polemica sobre la vacuna del virus del papiloma

Leo en El Global nº408

"Marta Ciércoles es redactora de Salud del diario 'Avui'

Este curso escolar las adolescentes españolas recibirán una nueva vacuna que les ha de proteger contra los principales genotipos del virus del papiloma humano (VPH) que pueden llegar a causar el cáncer de cérvix. Las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad acordaron añadir la nueva vacuna al calendario de vacunación después de un proceso que tuvo más de pulso político y de efectismo que de resultado de un consenso basado en la valoración objetiva de su relación coste beneficio. Sobre la medida surgen interrogantes y contradicciones. Sin duda, más de los que podré enumerar.

Primero. Se trata de una vacuna de elevado precio: tres dosis que, en total, suman unos 450 euros por adolescente vacunada. Un precio que sólo los sistemas sanitarios de los países ricos pueden costear. Eso sí, renunciando a otros servicios, que quizás son más efectivos pero menos populares, porque está claro que el presupuesto no da para todo. ¿Por qué esta vacuna se ha incorporado con tanta rapidez y otras prestaciones, igual o más efectivas, tardan años en ser financiadas?

Segundo. La vacuna, que por ahora comercializan dos laboratorios, aunque no se trate exactamente del mismo producto, no llegará allí donde precisamente más se necesita, que es en los países pobres, donde el cáncer de cérvix causa más muertes: el 80 por ciento de las más de 230.000 que se producen cada año en el mundo. Por contra, países como España vacunarán a generaciones de adolescentes, aunque la incidencia de la enfermedad (7,2 casos nuevos cada año por cada 100.000 mujeres) y las muertes (2,2) sean de las más bajas del mundo.

Tercero. Se establece una cohorte a partir de la cual se iniciará la inmunización. La vacuna está recomendada para niñas de entre 11 y 14 años. Si en una comunidad se decide vacunar a los 12, ¿qué pasa con la adolescentes de 13 y 14 años? El dilema se traslada a los padres. ¿Serán unos padres irresponsables si no vacunan a sus hijas, aunque les cueste casi 500 euros?

Cuarto. Vacunar no significa suspender los programas de revisiones periódicas, citologías..., ya que ni toda la población estará inmunizada ni tampoco la vacuna protege del cien por cien de genotipos del VPH que pueden causar lesiones cancerosas. Se pueden gastar millones de euros en vacunas, mientras, recientemente, en Cataluña, se ha cambiado el protocolo de citologías en la sanidad pública: de una anual a una cada tres años. Había costado años convencer y educar a las mujeres para que acudieran una vez al año al ginecólogo. Pero la evidencia científica y, en este caso sí, razones de coste-eficacia avalaban la medida restrictiva.

Sin negar que la vacuna contra el VPH es un gran avance, no está de más hacerse algunas preguntas. Por ejemplo, por qué algunos profesionales, a priori sin oscuros intereses, como la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, no han dudado en cuestionar la medida."